martes, 14 de mayo de 2013

INTRODUCCIÓN


Introducción
La disposición de residuos tanto solidos como agrícolas es una de las problemáticas actuales mundiales; debido a que se generan grandes cantidades diarias y su manejo final no es el más adecuado; una solución a esta problemática seria incorporar estos residuos, especialmente los agrícolas a las cadenas productivas, por medio de la elaboración de abonos orgánicos, lo cual se plantea como una alternativa de fertilización orgánica y de aprovechamiento de subproductos (Bellapart, 1996).
Los abonos orgánicos presentan alta viabilidad de microorganismos, necesarios para la vida e interacciones en el suelo y por ende para las plantas, son metabólicamente activos y facilitan los ciclos biológicos de algunos elementos del suelo (Craft, et al., 1996).
Los abonos de origen orgánico mejoran las condiciones químicas del suelo: biodisponiblidad de nutrientes pero también mejoran la condición física o estructura aportando material orgánico, microorganismos eficientes y eventualmente hormonas que generan un efecto favorable sobre el suelo.
Los microorganismos eficientes  son una combinación de microorganismos beneficiosos de origen natural, sin manipulación genética, presentes en ecosistemas naturales y fisiológicamente compatibles unos con otros, los cuales van a degradar los azucares que tienen los residuos de las producciones agroindustriales como fuente de su alimentación y nos permiten solubilizar ciertos minerales tales como el calcio y los fosfatos, facilitando la descomposición de los desechos orgánicos; estos corrigen la salinidad del suelo, al hacer intercambio de iones de cloro y sodio y aguas duras, facilitando el drenaje y lavado de estas sales tóxicas para los cultivos. (Bellapart, 1996).

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